La emoción y el reconocimiento fueron los protagonistas del acto celebrado ayer en la Falla Els Tolls, donde se rindió homenaje a la trayectoria y dedicación de varios de sus miembros con la entrega de los prestigiosos Bunyols d’Or i Brillants amb Fulles de Llorer.
El evento tuvo lugar al mediodía, durante la comida fallera, en un ambiente de hermandad y gratitud. La ceremonia comenzó con un emotivo recorrido por la historia de la comisión, recordando a quienes han dejado una huella imborrable en la fiesta. Tal y como se mencionó durante el acto, “no se puede entender esta Comisión sin conocer su pasado”, unas palabras que reflejan la importancia de quienes han trabajado incansablemente por mantener viva la tradición fallera.
Entre los galardonados con el Bunyol d’Argent, distinción que premia una trayectoria destacada dentro de la fiesta fallera, se encontraban Ángel Brazales Marcos y Esther Domínguez Pérez, quienes el año pasado ya recibieron su Bunyol d’Argent y este año han dado un paso más en su reconocimiento.
El momento más especial del evento llegó con la entrega de los Bunyols d’Or i Brillants amb Fulles de Llorer, la máxima distinción fallera, que en esta ocasión recayó en Carmen Piqueras López y Wenceslao Peris Almiñal. Sus nombres fueron recibidos con una gran ovación, reflejando el cariño y respeto de la comisión por su dedicación y esfuerzo a lo largo de los años.
Durante la ceremonia, los premiados recibieron un pergamino conmemorativo que recogía palabras de gratitud por su contribución a la falla. Además, la Fallera Mayor, Teresa Peris, hizo entrega de las insignias, mientras que la Presidenta de la Junta Local, Mª Ángeles Espinosa, tuvo un papel destacado en el protocolo de la entrega.
El acto contó con la presencia del alcalde de Benidorm, Toni Pérez, quien, acompañado por la concejala de Fiestas, Mariló Cebreros, y miembros de la Corporación Municipal, hizo entrega a los homenajeados de los pergaminos oficiales del Ayuntamiento en reconocimiento a su compromiso y dedicación a la fiesta fallera.
La jornada concluyó con un ambiente de emoción y alegría, recordando que ser fallero es mucho más que una celebración: es un sentimiento que une a generaciones y que forma parte del alma de Benidorm.
Sin duda, una jornada inolvidable para la Falla Els Tolls, que sigue escribiendo su historia con orgullo y pasión.
