Cerca de un millar de personas, participaron en el último acto de los Carnavales de Benidorm, como es el “Entierro de la Sardina”, que recorrió diversas calles de la ciudad, hasta llegar al Paseo de Colón, en donde ardió perfectamente ante las lágrimas de los peñista, turistas y vecinos de Benidorm.
La Associació de Penyes ‘Verge del Sofratge’, organizadora del acto junto con la Concejalía de Fiestas, se esforzó al máximo para despedir a Don Carnal. El concejal del área, Jesús Carrobles, junto a otros miembros de la corporación municipal se sumaron al duelo que encabezaron el presidente de los peñistas y el de la Comissió de Festes Majors Patronals, Adrián Romero y Batiste Rostoll, junto a la Reina, Paula Pérez y parte de su Corte de Honor, que disfrutaron a lo grande de la fiesta, he incluso llevaron el féretro.
Hay que indicar, que sin duda alguna, este año, los Carnavales de Benidorm, han tenido un gran nivel, tanto en 
participación, como en organización, pero sin duda alguna el final de los mismos ha sido grandioso, en varios sentidos, donde se debe destacar dos puntos.
El primero de ellos fue la tradicional Sardina que provoco lágrimas, sollozos y duelo generalizado del público, que desde hace años no era tan espectacular. Hay que subrayar, que la idea de la Junta Directiva de encargarla en nuestra ciudad, fue todo un acierto, ya que se debe decir que los autores de este trabajo, ha sido el Centro Doble Amor, a partir del diseño José (Monitor del taller nº 1) y la colaboración de los demás usuarios y profesionales del Centro, y donde el resultado, fue espectacular.
El segundo de los temas que se tiene que destacar, fue los fuegos artificiales, que se lanzaron mientras ardía la sardina, que hacía tiempo que no se presenciaba en este acto. Concretamente, fue un castillo piro-musical disparado por Pirotécnica Alicantina, bajo la dirección de Vicente Solaz Gimeno y el asombro de los presentes, que al finalizar ovacionaron y felicitaron a los componentes de la pirotécnica.
En definitiva, el carnaval de Benidorm llegó a su fin, con lágrimas, sollozos y luto para despedir a Don Carnal hasta el año que viene.
